Si te decimos que pienses en una marca de refresco con un logotipo rojo, ¿en qué piensas? Y, ¿se te ocurre el nombre de una cafetería con delantales verdes? En el mundo del marketing y la identidad corporativa, cada decisión se toma siguiendo una estrategia, y eso incluye el color corporativo.

El logotipo de una marca no solo tiene un impacto increíble en la mente de los consumidores, sino que además comunica muchos aspectos de la marca, ¡aquí te contamos cuáles!

Importancia del color corporativo

La elección del color corporativo va mucho más allá de lo estético, es una decisión que se toma de forma minuciosa, teniendo en cuenta que el color puede comunicar valores, personalidad y emociones. De hecho, el poder del color en la imagen de marca es tan grande que se considera un elemento crucial e indispensable a la hora de diseñar la estrategia de comunicación.

Además, los estudios que se han realizado al respecto han demostrado que el 85% de los consumidores consideran el color como uno de los factores decisivos al tomar decisiones de compra. Así que, elegir el color adecuado para tu logo no solo es una cuestión de gusto, sino una decisión que puede impactar directamente en la percepción del consumidor.

Simbología del color: ¿qué transmite cada uno?

• Rojo: El rojo evoca emociones fuertes y apasionadas. Se asocia comúnmente con la energía, la acción y la urgencia. Marcas como Coca-Cola han sabido capitalizar esta tonalidad para crear una conexión emocional con sus consumidores.
• Azul: Símbolo de confianza, calma y profesionalismo, el azul es una elección común para empresas que desean transmitir estabilidad. Gigantes como IBM y Facebook confían en esta tonalidad para fortalecer su identidad corporativa.
• Verde: Asociado con la naturaleza, la frescura y la sostenibilidad, el verde es la elección ideal para marcas comprometidas con la responsabilidad ambiental. Ejemplos como Starbucks han convertido este color en un emblema de su compromiso con la sostenibilidad.
• Amarillo: La tonalidad del sol, el amarillo transmite optimismo y alegría. Marcas como McDonald’s utilizan esta tonalidad para crear una sensación de felicidad y positividad.
• Negro: Elegante y poderoso, el negro sugiere sofisticación y exclusividad. Marcas de lujo como Chanel o Rolex confían en el negro para transmitir un mensaje de alta calidad y exclusividad.
• Blanco: Símbolo de pureza y simplicidad, el blanco es una elección popular para marcas que buscan transmitir transparencia y limpieza. Apple es un ejemplo destacado de cómo el blanco puede reflejar la simplicidad y la elegancia.

Cómo elegir el color corporativo de tu marca

La elección del color corporativo debe alinearse con la personalidad y valores de la marca. Por eso, antes de decidirte por una tonalidad concreta, es crucial que decidas e interiorices el mensaje que deseas transmitir.

Una vez tengas claro cómo quieres posicionar tu empresa en el mercado y cuál es tu público objetivo, debes tener en cuenta la psicología del color y cómo diferentes tonalidades pueden afectar las percepciones emocionales de los consumidores. Por ejemplo, si quieres posicionarte como una empresa sostenible, quizá el negro no sea la mejor opción para tu logo.

¿Se puede cambiar el color corporativo de una marca?

Sí, cambiar el color corporativo de una marca es totalmente posible, y a veces incluso es necesario. Así que, si empezaste tu actividad empresarial con una tonalidad que ya no te convence o no está alineada con los valores de tu marca, no dudes en cambiarlo. No obstante, antes de hacerlo deberás tener en cuenta lo siguiente:

1. Tendrás que hacer una estrategia de rebranding estratégico

Antes de realizar un cambio en el color corporativo, es crucial tener una estrategia de rebranding bien definida. Es decir, debes comprender por qué se está realizando el cambio y qué mensaje deseas transmitir. Puede deberse a cambios en la visión de la empresa, la evolución del mercado o la necesidad de modernizar la imagen.

2. Debes hacer una investigación de mercado

Realizar investigaciones de mercado es fundamental. Comprender cómo los consumidores perciben el color actual y cómo podrían reaccionar ante el cambio es crucial. Las encuestas, entrevistas y análisis de datos pueden proporcionar información valiosa sobre las preferencias del público objetivo.

Por ejemplo, aunque el logo de Starbucks ha cambiado mucho a lo largo de los años, sus dos elementos fundamentales han sido la sirena y el color verde, por lo que eliminarlos ahora podría ser contraproducente y es muy probable que esta decisión se haya tomado tras realizar estudios a su público objetivo.

3. Contempla hacer el cambio de forma gradual

Un cambio gradual en el color corporativo puede ser menos impactante para los consumidores y permitir una transición más suave. Sin embargo, en algunos casos, un cambio radical puede ser necesario para transmitir un mensaje de renovación y frescura. La elección dependerá de la situación específica de la marca, así que, como hemos dicho, ¡haz un estudio de mercado!

4. Debe haber coherencia en la transición

Si decides cambiar el color corporativo, es crucial mantener la coherencia en la transición. Asegúrate de actualizar todos los elementos de marca, desde el logo hasta los materiales de marketing, para evitar confusiones entre los consumidores. Es decir, que si te vuelves sostenible de repente, ese cambio debe verse reflejado en tus acciones, no solo en tus colores.

Por último, es importante recordar que, aunque cambiar el color corporativo puede ser beneficioso en ciertas circunstancias, también conlleva riesgos. Las marcas a menudo están arraigadas en la mente de los consumidores a través de sus colores, y un cambio mal gestionado podría generar confusión o incluso resistencia. Por lo tanto, se recomienda realizar cambios únicamente de manera estratégica y con una comprensión profunda del impacto que tendrán en la percepción de la marca.

Los cambios son positivos, pero cuando se trata de negocios, es importante tomar las decisiones de forma medida y precisa.