Es cierto que las nuevas tecnologías han permitido bastantes mejoras en estos últimos años, como por ejemplo en la creación de herramientas y equipos de análisis y detección de gran valía como por ejemplo la resonancia magnética. Sin embargo, los grandes recortes realizados por parte del gobierno han logrado una ralentización del servicio muy potente que desquicia tanto a personal sanitario como a pacientes puesto que se trata de una situación totalmente insostenible.

La reducción de personal, equipos, herramientas, salas de quirófanos, salas especializadas, camillas y demás constituye una total aberración. Los recortes en tecnología realizados repercuten en la calidad y cantidad de servicio condicionando así el servicio a los pacientes.

La torpeza política de estos últimos años es algo innegable. Es cierto que desde hace años se ven varias irregularidades en el sistema o en algunos partidos políticos, pero desde la crisis económica estamos atendiendo a una de las peores situaciones desde hace décadas.

La insatisfacción y el enfado de nuestra sociedad son evidentes y se palpa por ejemplo en el ámbito sanitario y en el educativo.

El sistema sanitario ha sufrido una serie de recortes abismales que están haciendo mella en el servicio y atención de los pacientes. Las listas de espera son interminables incluso en casos urgentes en los que hay pacientes que deben esperar meses e incluso años para poder atender problemas de salud de gran gravedad.

Sería ideal que se lograra un consenso entre los distintos colectivos sanitarios y el gobierno para llegar a un punto de equilibrio que permita ofrecer un servicio medianamente aceptable. Hoy en día, la gestión realizada por el gobierno hace poner el grito en el cielo a más de uno puesto que se trata de una sanidad pública que todos pagamos y precisamente por ello debería disponer de una base sólida.

La insatisfacción se percibe en el ambiente tanto por parte de pacientes como por el personal sanitario que se ve totalmente desabastecido y solo. Sería importante alcanzar un equilibrio para poder sostener algo que es completamente insostenible y que está generando un gran malestar puesto que la atención sanitaria es un derecho universal y básico del ser humano.

Cambiar la metodología en el sistema sanitario es imprescindible para favorecer el sistema y evitar aun más daños en esta sociedad. Lo que se está logrando es denigrar y empeorar aún más el sector sanitario y dejando que se privaticen servicios de forma totalmente arbitraria y sin la aceptación de la sociedad y del personal sanitario.

Debemos luchar contra todo este caos que se está gestando desde la crisis puesto que está repercutiendo en distintas facetas de nuestra sociedad recortándonos derechos a mansalva. Debemos exigir como ciudadanos de una sociedad demócrata que se lleven a cabo políticas a favor del desarrollo tecnológico y no a favor del retroceso. Lograr un cambio está en nuestras manos y por ello debemos ponernos cuanto antes para evitar que sigan destruyendo todo por lo que lucharon nuestros antepasados. Debemos luchar para lograr nuestra recompensa y así evitar que nuestros descendientes deban vivir en una sociedad totalmente desabastecida y antidemocrática.