Aunque pareciese un tanto extraño, las destructoras de papel aparecieron en el mercado hace relativamente poco. Son utilizadas, principalmente, por aquellas empresas y dependencias estatales que trabajan mediante un gran despliegue de papel.

La protección a la confidencialidad: uno de los principales objetivos de la destrucción de documentos

Sería impensable, realmente, considerar que las medianas y grandes empresas, además de las entidades estatales, conservasen toda esa papelería diligenciada que ya no se requiere para ningún fin. Dejamos un enlace de interés para las destructoras de papel.

Algunas veces, porque se trata de documentación cuya vida útil, desde el punto de vista legal, ha caducado (por decirlo de alguna manera, aunque no es el término exacto, desde el punto de vista legal).

En otras ocasiones, ya no es necesario conservar ciertos documentos, respecto de los cuales la legislación interna de cada país, ha dispuesto su microfilmación, una vez transcurrido determinado espacio de tiempo, al cabo del cual ya es posible utilizar las destructoras de papel.

Ahora, para estos eventos, en los que es necesario deshacerse de esas “montañas de papel”, no sería conveniente tirarles a los basureros públicos, habida cuenta de la confidencialidad de la información que podrían contener.

Precisemos, de paso, que cuando nos referimos al concepto de “confidencialidad”, lo hacemos teniendo en cuenta la documentación que ha reposado en las dependencias estatales y, también, a la que ha sido emitida por empresas particulares.

Pensemos, nada más, a este último respecto, que un banco tirase la documentación que contiene los extractos bancarios. Aspectos tan sensibles, como lo es la reserva bancaria, quedaría al descubierto y a merced de todo tipo de personajes inescrupulosos, que darían buena cuenta de ello.

Las destructoras de papel: amigabilidad con el medio ambiente

Aunque, al contrario de los que sucede con el plástico, el papel se degrada en muy corto tiempo, no es conveniente, desde el punto de vista medioambiental, que se arrumen enormes cantidades de papel en los basureros municipales de las medianas y grandes ciudades.

Además, a partir del papel triturado, es posible fabricar una buena cantidad de artículos nuevos, como es el caso de nuevo papel, cartón, cartulina, material para embalaje, cajas para ubicar los huevos y banderas descartables.

De otro lado pero en el mismo orden de ideas, tenemos que la industria editorial utiliza el papel triturado para la elaboración de periódicos y de ciertos tipos de revistas (no muy estilizadas o, si se quiere, de utilización pasajera).

Sobre este particular tema de la amigabilidad medioambiental, muchos podrían considerar que a las empresas poco (o nada) tiene por qué interesarles el tema, por el sólo hecho de triturar el papel que ya no es necesario conservar.

Pensar de esa manera bizarra, equivaldría a considerar que para nada les importa un tema tan importante en la actualidad, como lo es la Responsabilidad Social de la empresa privada.

Lo que beneficie al medo ambiente, más temprano que tarde, nos terminará beneficiando a todos, trátese de personas físicas, de nuestros hijos y/o nietos y, por supuesto, de las empresas.

En tal virtud, las destructoras de papel prestan un excelente servicio. Es más, en la actualidad, ya son artefactos imprescindibles para todas las entidades: las grandes compañías, las pymes e, igualmente, las dependencias estatales de todas las latitudes.